En sus 39 años de reinado, Juan Carlos se ha codeado con diferentes personalidades de la política, del deporte e importantes empresarios. Cabe destacar su estrecha amistad con Adolfo Suárez, con las familias reales de Marruecos y Arabia Saudí, así como su polémica relación con Corinna zu Sayn-Wittgenstein y su amistad con deportistas como Ángel Nieto, Rafa Nadal o Fernando Alonso.

Bertín siempre sorprende. Programa tras programa, ‘En la tuya o en la mía’ se ha ganado el respaldo de la audiencia, y esta semana ha querido mojarse un poco más en política. El invitado ha sido, además, su vecino. Adolfo Suárez Illana, hijo del primer presidente del Gobierno elegido democráticamente tras el franquismo. El abogado hace un retrato de su padre y relata cómo vivió la Transición cuando era un adolescente.

Todas las crisis, cuyo relato pormenorizado daría lugar a varios tomos, han venido a darse la mano en este final de ciclo que suene a fin de régimen. Crisis económica, cierto, pero sobre todo crisis política de caballo, crisis de unas instituciones desprestigiadas, desde los tribunales de Justicia, hasta la clase política, pasando por la Corona. Todo en crisis. Todo en almoneda.

El hombre que pilotó la Transición política dejó pendiente la económica. Los Pactos de la Moncloa no sirvieron para renovar las estructuras empresariales de un país que heredó las oligarquías del pasado. Suárez confesó, ya en el CDS, que esa fue su asignatura pendiente tras haber pronunciado la frase: "no admitimos la oligarquía bajo ningún aspecto".

Heredero de Franco y de todo el poder que éste detentaba, el entorno del joven Juan Carlos I juzgó poco aconsejable el intento de continuismo sin más del andamiaje franquista, por lo demás innecesario para lograr mantener los núcleos fundamentales del poder en manos de lo que ahora se denomina la oligarquía política y financiera.