Si en el anterior post sobre Dénia descubríamos el Mercado y la Lonja de la ciudad alicantina seguimos nuestro recorrido gastronómicos por la Ciudad Creativa de la Gastronomía según la Unesco. 

La cocina contemporánea nos ha traído un sinfín nuevos ingredientes con los que superar retos culinarios creando nuevas texturas, productos exóticos que se han fusionado con nuestra gastronomía y técnicas sofisticadas que han mejorado sustancialmente la calidad final de un plato. Por si eso fuera poco, alguien apuntó que las emociones jugaban un papel fundamental en la cocina moderna, y que eso tendría que quedar reflejado a la hora de darle un nombre a esta nueva nueva cocina (recordemos que la “nouvelle cuisine” ya se la habían pedido los franceses allá por los 70). Con más o menos fortuna, el nombre aceptado fue el de “cocina tecnoemocional” y, aunque el término no se usa mucho, dejó grabado en el subconsciente que las emociones eran parte de la nueva ecuación culinaria.

Nunca dejará de sorprenderme la increíble susceptibilidad que rodea a la identidad culinaria de una región (española por supuesto, en Francia no se ponen tan flamencos por estas cosas). Unas más que otras, pero todas las provincias parecen tener parte de su orgullo, honor e idiosincrasia concentrados en una receta o producto que, además de representarles inequívocamente de forma tribal, supone el mecanismo perfecto para entrar en la dinámica de falta de respeto, ofensa e indignación más cañí. 

Turismo y gastronomía, un binomio reiterativo cuando hablamos de España como destino turístico o vacacional. Damos por hecho que es uno de nuestros máximos atractivos, por la apasionada visión que tenemos de nuestra cocina, pero no siempre es fácil transmitir la riqueza culinaria de un territorio donde el recetario cambia tan abruptamente como el entorno. 

El escritor y periodista Tomás Álvarez, acaba de publicar su último ensayo titulado “Cosas de la bucólica. La gastronomía en el Quijote”, donde hace un profundo análisis de los productos y modos del comer en los días en los que nació la novela inmortal de Miguel de Cervantes