Franceses y escoceses con capital canadiense querían hacerse con el banco canario sahariano para evitar competencia con Terranova y controlar la costa desde Argelia a Senegal pero los isleños, sin esperar a Madrid, pactaron con los saharauis diciéndoles que tenían el respaldo de la Corona. Desde el Siglo XV las islas sufrían ataques corsarios de franceses y turcos subcontratados en Salé intentaron siempre romper la hermandad entre ambas orillas por el control de las aguas territoriales y comercio hasta Tombuctú