La polémica, que comenzó con unas conversaciones grabadas y denuncias a OHL en México por supuestas falsedades contables, se ha transformado en un guión propio de una supreproducción de Hollywood. Los episodios en torno a la detención del abogado de Infraiber, la empresa que está detrás de las demandas a la compañía española, se han mezclado con graves acusaciones de connivencia entre el Gobierno local y OHL.