Las guerras políticas de la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, ponen en peligro el negocio de las empresas de juego españolas en uno de los mercados latinoamericanos más destacados. La oposición argentina está haciendo cábalas con una posible nacionalización de las concesiones de licencias de juego en la ciudad de Buenos Aires, con la intención de cortar vías de ingresos para la principal autoridad local, gobernada por el enemigo político de Kirchner. Entre las posibles afectadas, las españolas Cirsa y Codere.