Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), afronta hoy una de las reuniones más importantes del organismo supervisor. No tanto por las nuevas medidas que puedan acordar sus miembros para seguir estimulando el crecimiento de la economía europea sino también, y sobre todo, por tratar de convencer de nuevo a los inversores de que están aplicando la receta correcta.

Rajoy olvidó en su discurso de balance anual señalar al artífice de que pudiera estar hablando con cierta calma a finales del ejercicio, que no es otro que Mario Draghi. El BCE acudió al rescate de España con palabras, no con compra de bonos, pero el resultado fue el mismo: 250 puntos básicos menos de prima de riesgo y tiempo para que las reformas ofrecieran algún resultado. 

El Banco Central Europeo (BCE) se verá obligado a implementar más mecanismos para facilitar la liquidez si no hay un acuerdo creíble por los mercados sobre la crisis griega. El próximo 29 de febrero se realiza la última subasta de liquidez ilimitada a 36 meses (LTRO o 'barra libre' de liquidez), que se prevé que supere las expectativas. Pero después de ella, o el panorama en la eurozona mejora sustancialmente o el BCE deberá seguir facilitando una liquidez que no llega desde los mercados.