Lo que parecía ficción es cada vez más cercano al gran consumo. La venta de pequeños submarinos crece por momentos. Una de las marcas más prestigiosas sigue siendo Triton y poco a poco va ampliando su gama: con sólo observar sus formas, uno se imagina surcando las profundidades de los mares con cierto aire de capitán Nemo 2.0.