Los británicos han desayunado este miércoles con la noticia de que su reina estaba en el hospital –incluso que había fallecido– solo para descubrir, poco después, que se trataba de una falsa alarma divulgada por una periodista de la BBC. Aún no se sabe si la confusión se ha debido a una broma, como la reportera aseguró en un primer momento, o ha sido resultado de un fallo técnico durante los ensayos que el canal público británico realiza para estar preparada ante noticias de envergadura, tal y como afirma la emisora.