Como ya sucedió en el referéndum de Escocia, no hay en la victoria de David Cameron grandes principios o ideales, tampoco ideas propias, solo la habilidad del político profesional para explotar la emergencia de una sociedad que ha decidido evitar el permanente desacuerdo.

El gobierno de Reino Unido ha presentado un ambicioso plan de inversión en infraestructuras para reactivar la economía británica, actualmente estancada.  Estos planes, presentados ayer por George Osborne, ministro de Economía, contrastan con los estrictos programas de austeridad puestos en marcha desde mayo de 2010. El objetivo ahora es combinar la austeridad fiscal con nuevas políticas de impulso económico, y debería servir de guía al futuro gobierno de Rajoy.Ajuste presupuestario