China está realizando la transición a un nuevo modelo de crecimiento y las reformas estructurales recientes, sobre todo en el sector inmobiliario, han incrementado la incertidumbre macroeconómica y propiciado un periodo complejo para las bolsas del país. Los persistentes obstáculos estructurales podrían hacer que la volatilidad se mantuviera en cotas elevadas durante algún tiempo, pero creemos que sigue mereciendo la pena invertir en renta variable china por varias razones, como unas valoraciones atractivas, una coyuntura macroeconómica en proceso de estabilización y unos beneficios empresariales sólidos