El nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña ha elegido como director de Comunicación a Pere Martí, periodista que encabezó el gabinete de Vicepresidencia durante la etapa de Josep-LLuis Carod Rovira y que comulga con las tesis rupturistas. En un libro publicado el pasado marzo, habla de la “guerra sucia” que existe en España contra intelectuales y empresarios soberanistas y la emprende contra la falta de independencia del Tribunal Constitucional.

El auge de Podemos aniquila al independentismo, que según los datos con el 99,78% escrutado solo sumaría el 31,07% de los votos frente al 39,5% que Junts pel Sí cosechó el pasado 27S y el 8,2% de la CUP. Tiene especial relevancia el resultado que los sondeos dan a DiL, nombre de la coalición en la que se integra CDC, que sería la cuarta fuerza por detrás del PSOE: perdería un 15% de los apoyos y obtendría 8 escaños.

La irritación que acumula el Gobierno por el silencio un tanto cómplice de los empresarios y financieros con intereses en Cataluña ante el avance del desafío soberanista, bate todas las marcas. “Tanta reserva es una vergüenza”, admite un miembro del Gabinete, alarmado por lo lejos que ha tenido que llegar el gobernador del Banco de España al advertir sobre las consecuencias que tendría para los clientes de algunas entidades  la declaración de un Estado independiente. 

Lo que no le permitíamos a Rubalcaba ¿por qué se lo debemos aceptar a Pedro Sánchez? Es la pregunta que recorre buena parte de las federaciones socialistas después de que el PSC, con el visto bueno del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, haya respaldado este viernes la ley de Consultas votada en el Parlamento catalán. La tregua iniciada con la caída de Rubalcaba salta de nuevo por los aires.