Todo esto influye en el sueño, a la hora de dormir. Expertos en nutrición recopilan otras prácticas sencillas que contribuirán a mejorar nuestro descanso:
1. HACER EJERCICIO
Si estamos de vacaciones lo normal es que nademos en la playa o en la piscina o hagamos excursiones y paseos a la montaña. Si no has podido salir de tu ciudad y te has tenido que quedar trabajando hay otros ejercicios que puedes practicar: un buen paseo de entre 30 y 45 minutos, montar en bici, incluso ir a trabajar en bicicleta dado que habrá menos tráfico, o incluso salir a bailar, en las numerosas fiestas populares, también en los barrios de la ciudad.
2. UNA HABITACIÓN TRANQUILA
El verano es el mejor momento para “desengancharse” del móvil, no necesitarás la alarma para despertarte, si trabajas, aprovecha y cómprate un despertador normal, analógico, incluso o combinado con la radio.
3. RUTINAS
Aunque las vacaciones son para desmadrarse, lo mejor es hacerlo de forma esporádica, o si hacemos cambios en los horarios, que después se mantengan.
4. EVITAR LOS CONFLICTOS
Procura relajarte antes de irte a la cama, no pensar en nada es tu mejor estrategia. Quizás esos detalles que nos suelen molestar se pueden relajar durante unos días, porque las vacaciones implican riesgo, cambios y diversión. Recuerda los momentos buenos y divertidos del día antes de acostarte. ¡Dormirás como un bebé!
5. TELEVISIÓN FUERA DE LA HABITACIÓN
Es uno de los peores hábitos que podemos tener. El espacio para descansar debe ser el que asociemos con la tranquilidad y el descanso, nada de dormirte escuchando tu programa de radio o viendo la televisión.
6. CENAR MENOS
Y si te das un homenaje, que para eso es verano, procura que la hora entre la cena y acostarse se alargue lo máximo posible y si entre medias podemos pasear o salir a tomar algo, es sencillamente la situación ideal.
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