Aunque algunos escépticos dudan de que Afrodita naciera de la espuma de las olas en una de sus playas luminosas, todos recuerdan el paso por esta isla de Ricardo Corazón de León camino de Tierra Santa. Incluso el de Lázaro, el que se levantó y anduvo después de morir hasta que vino a morir definitivamente a esta isla encajonada en el extremo oriental del Mediterráneo.