De libros como este solo se puede esperar lo peor. Pero este echa por tierra esa idea. Sorprendentemente bien escrito, Diario de un cocainómano retrata no sólo cómo el humorista Gustavo Biosca superó su adicción a la cocaína, sino que hace un retrato de la España estupefaciente de los noventa. Sobre este tema, ha conversado Biosca –el cómico suicida que acompañó a Santiago Segura- que ahora relata junto a Rafa Millán, su experiencia.