El colectivo de trabajadores del hogar, gremio integrado abrumadoramente por mujeres, no ha querido saber demasiado de los beneficios que, en teoría, les reporta uno de los puntos del Pacto de Toledo, reformado hace justo un año por los agentes sociales. Desde el 1 de enero, los casi 300.000 amos de casa integrados en el régimen especial de empleados del hogar no han respondido masivamente a la llamada: solo algo más de 11.000 (menos de un 4%) se ha acogido al régimen general durante el pasado mes de enero.