Sanear el sistema, agilizar y terminar la reestructuración del sector financiero. En todas las conversaciones que ha mantenido Mariano Rajoy con los grandes banqueros españoles se han repetido las mismas peticiones. Tanto Isidro Fainé, ayer en persona, presidente de CaixaBank, como Emilio Botín, por teléfono el pasado lunes, número uno del Grupo Santander, le reiteraron al presidente electo del Gobierno que anotara esas medidas como las más urgentes en su agenda.