El Congreso de los Diputados inicia la reforma de su reglamento para imponer mecanismos de transparencia en los contactos que los parlamentarios mantienen con empresas, ONG's y demás grupos de interés. Los lobistas llevaban años reclamando una medida así, que va en coherencia con las nuevas demandas ciudadanas y está recogida en los programas de los principales partidos.

Los grupos de presión consideran que la falta de transparencia en su labor daña su imagen y dificulta la relación con los políticos. El lobby lleva una década de constante expansión en España, con un 'feedback' muy positivo de las empresas que lo utilizan: el 88% repetiría.

El regulador ha confirmado la creación de un registro de grupos de presión, de inscripción voluntaria. Quienes se apunten, tendrán que aceptar un “decálogo ético” que se ha creado para evitar “influencias improcedentes” o contrarias a los intereses generales. La Comisión Europea dispone de un mecanismo similar y actualmente se debate sobre la conveniencia de obligar a los 'lobbies' a formar parte del mismo.